Dick A. Cintrón Colón, nacido en San Juan, Puerto Rico, es hijo de Dick Cintrón y Mary Luz Colón, y tuvo tres hermanos: Omar David, Michael Abraham y Leslie Ann. Creció en una pequeña ciudad de concreto conocida como ‘La Jungla de Cemento’. Cintrón es el autor del libro La música me salva la vida, disponible en Amazon.
Su historia comienza en la década de los 70 en San Juan. Su madre, Mary, hija única, y su abuela, Norma, madre soltera, vivían en el Residencial Luis Llorens Torres en Santurce. Ambas frecuentaban una discoteca muy popular en Condado llamada ‘El Hipopótamo’ los fines de semana.
Su padre, conocido como Dicky, era el DJ exclusivo de este lugar, donde se tocaba la música más popular de la época. Dicky, nacido y criado en Brooklyn, NY, de padres puertorriqueños, sirvió en la Marina de los Estados Unidos antes de convertirse en DJ.
Sus padres se conocieron en ‘El Hipopótamo’, se enamoraron, se casaron y a raíz de esta unión fue como llegó al mundo. Sin embargo, después de casi dos años, sus padres se separaron, quedando él como hijo único de esa relación.
Con el tiempo, perdió toda comunicación con su padre, y el único contacto que tenía era por vía telefónica. Aun así, siempre supo que quería encontrarlo. DJ Dicky recuerda que, siendo muy pequeño, le dijo a su abuela materna en cierta ocasión cuando miraban televisión: ‘Cuando trabaje y gane mis primeros chavos, voy a coger un avión y voy a ir a Nueva York para conocerlo en persona’.
Este vasto laberinto de concreto fue el telón de fondo de su infancia, un lugar donde las sombras de la violencia y el caos pintaban un cuadro inquietante, pero también donde las luces de la esperanza nunca dejaban de brillar.
Desde temprana edad, Dick mostró una afinidad natural por la música, como si cada nota resonara con su alma. En las tardes de su niñez, la casa se llenaba de melodías, mientras él jugaba con el equipo de sonido de su madre y aprendía a cantar y tocar instrumentos.
A los cinco años, sus dedos pequeños se deslizaban por las páginas de un libro médico, despertando en él un interés precoz por la medicina. A los seis, comenzó a asistir a la iglesia, y a los ocho, su espíritu trabajador lo llevó a buscar pequeños trabajos, demostrando una responsabilidad inusual para su edad.
La vida de Dick cambió drásticamente a los once años, cuando el ritmo vibrante del hip-hop americano llegó a sus oídos y corazón, convirtiéndose en un refugio y una forma de expresión para él. Pero la vida, como una tormenta inesperada, golpeó a la familia con una tragedia devastadora.
Omar, el hermano de Dick, fue asesinado a los trece años, un hecho que sumergió a la familia en un mar de dolor y desesperación. Dick, que tenía quince años en ese momento, se encontró enfrentando el abismo de la pérdida.
Fue él quien tuvo que identificar el cuerpo de su hermano, una tarea que grabó cicatrices profundas en su alma. En medio de este sufrimiento, Dick fue tentado por amigos llenos de rabia a buscar venganza, a responder a la violencia con más violencia. Pero sus creencias cristianas eran un faro en la oscuridad, guiándolo hacia un camino diferente.
En lugar de caer en el ciclo destructivo, encontró refugio en la música, su eterna salvación. La música se convirtió en su bálsamo, sanando sus heridas y dándole fuerza para seguir adelante. Así, Dick Cintrón Colón invita a sus lectores a recorrer su historia, llena de sombras y luces, una narrativa donde la esperanza y la resiliencia florecen incluso en los terrenos más inhóspitos.
Con sinceridad y gratitud, comparte su vida, sus caídas, sus victorias, y cómo la música, como un río tranquilo, lo llevó a través de los momentos más oscuros hacia la luz.

