José Luis Cano Briones nació en un pequeño ranchito llamado Torresitas, en los años ochenta, rodeado de montañas, arroyos y un ambiente humilde pero lleno de fe y valores. Desde niño aprendió que la vida no regala nada: comenzó vendiendo quesos, frutas, paletas y hasta cilantro, siempre con la meta de ayudar a su familia y superarse.
Con apenas 15 años, dejó su hogar con solo 100 dólares en el bolsillo y una determinación inquebrantable. Trabajó en oficios duros —fabricando cajas de madera, en talleres, repartiendo comida— mientras aprendía que la riqueza se construye primero en la mente antes que en los bolsillos.
A lo largo de su vida, José Luis ha transformado los golpes, carencias y retos en una filosofía de acción, fe y disciplina. Hoy, comparte sus experiencias y lecciones en El punto para ser rico con un propósito claro: demostrar que no importa de dónde vengas, sino las decisiones que tomes para llegar a donde sueñas. Su historia es un testimonio vivo de que la pobreza no es un destino, sino una etapa, y que con voluntad, trabajo y visión, cualquier persona puede alcanzar la libertad financiera y personal.

